Anna Sans Llauradó

Con esta frase empezaba el primer concierto en España de la legendaria banda de afro rock psicodélico de Zambia de los 70 WITCH, acrónimo de We Intend to cause havoc (intentamos provocar caos). El Zamrock es un estilo nacido en la Zambia postindependencia, que se convirtió en la banda sonora del nuevo país, mezclando los sonidos del rock psicodélico estadounidense y el garage con la música tradicional de los kalindula, el equivalente zambiano de los griot de África occidental.   

La escena del zamrock tuvo su clímax a mediados de los 70, y desapareció con la llegada de la música disco. Entre los grupos que desarrollaron el estilo destaca uno: WITCH, encabezado por Emmanuel Jagari Chanda, conocido como el Mike Jagger africano. A finales de los 2000, algunos sellos discográficos estadounidenses y europeos empezaron a mostrar interés por la música rock africana de los 70 y a descubrir joyas como Amanaz, Musi-O-Tunya, Ngozi Family o los mismos WITCH, cuya historia es tan fascinante que ha motivado la producción de un documental y sacado a Jagari de las minas donde trabajaba para volver a ponerlo encima de un escenario, más de 30 años después.  

Witch fueron especialmente prolíficos, sacaron 7 discos entre 1971 y 1980. Fueron la banda de rock estrella del país. La voz, el talento y la energía de Emanuel Chanda, que le valieron el sobrenombre de Jagari, parece que siguen intactos. También el look en el escenario: pantalones de campana, sombreros psicodélicos, collares de huesos…

Él y Patrick Mwondela aceptaron responder a unas preguntas antes de su primer concierto con la nueva formación de WITCH en España, en el marco del Festival de Músiques Disperses (MUD) de Lleida. Les acompañan 4 músicos europeos, entre los que se encuentra Jacco Gardner, un reconocido multiinstrumentalista holandés con influencias de la música psicodélica de los 60, y su mánager Gio Arlotti, también director del documental. Jagari es el único que actualmente sigue viviendo en Zambia y espera ver florecer de nuevo el zamrock allí. 

 

 

Es curioso como la música rock no es un estilo que se relacione demasiado con África, son varias las personas africanas que me han dicho que descubrieron la música rock al llegar a Europa. Y resulta que había toda una escena en Zambia y en alrededores. 

Jagari: Bueno, en los países francófonos es posible que no llegara nuestra música porque es principalmente en inglés, aunque también cantamos en otras lenguas. Amanaz, por ejemplo, cantaban en las 72 lenguas de Zambia. Y si que estuvimos de gira por África. Pero de eso hace mucho tiempo, ya no se escucha zamrock ahora. 

Para los que no conocen vuestra trayectoria y la historia del zamrock, ¿podéis hacerme un pequeño resumen?

El momento de esta música, el Zamrock, va básicamente de principios de los años 70 hasta principios de los 80. La cima fue en los años 76 y 77 aproximadamente, habían un montón de bandas. Por ejemplo, en la zona  Copperbelt o “cinturón de cobre”, (se llama así por la existencia de minas de cobre), abarcaba unas 5 ciudades, cada una de ellas con diferentes grupos de música. Teníamos una sola emisora de radio nacional, por entonces no había radios privadas, o sea que nos veíamos obligados a escuchar lo mismo. Y lo que salía de esas radios era, por supuesto, música tradicional en lenguas locales. Pero luego todos íbamos a comprar los discos en las mismas tiendas, a escuchar música en los mismos lugares, por lo que nos llegaban influencias de afuera. 

En Zambia tenemos unos 72 grupos étnicos, y cada uno tiene su tipo de música, si la comparas con música occidental es muy diferente, aunque cuando escuchamos a Los Beatles, a Los Rolling Stones, Deep Purple, Cliff Richards, Grand Funk Railroad, Elvis Prestley, James Brown… suenan como un eco. Porque verás, gran parte de la música de África fue llevada a América con los esclavos y allí se acabó mezclando con la música de los hombres blancos. Había escalas musicales de los blancos que eran muy difíciles para los africanos y como no podían cantar Do, Re, Mi, Fa, Sol… (canta) crearon la escala de blues y empezaron a ser capaces de tocar saxofones, bajos y todos los instrumentos existentes. Los afroamericanos crearon el blues, el rock’n’roll, el ragtime… sonidos que fueron de nuevo introducidos en África por los colonizadores europeos, estos trajeron la guitarra. No teníamos guitarras y toda la gente de mi ciudad que estaba trabajando en las minas querían aprender a tocar la guitarra como esos grupos de rock europeos y americanos. Allí es donde empezó el zamrock, de la combinación de lo que el mundo occidental trajo, pero que a su vez tiene su origen en África. Así es que realidad la música no tiene lugar, pertenece a la humanidad. 

¿Por qué decidisteis llamar a vuestro grupo WITCH (We intend to cause havoc)?

Originalmente la idea era lo que viene a ser una bruja, de esas que van por la noche con la escoba (risas) pero cuando empezamos a funcionar como banda, estábamos en una discográfica de Sudáfrica, parte de Gallo Music Records, que nos dieron un préstamo con el que compramos nuestros propios instrumentos y una furgoneta para cargarlos. Y cuando compramos la furgoneta, el diseñador gráfico empezó a escribir cosas divertidas en ella como “quien entre será devorado” y cosas así (risas). Así que principalmente fue cosa del diseñador gráfico, llamado Alex, él fue quien creó el acrónimo We Intend To Cause Havoc y fue muy bien recibido tanto por el grupo como por los fans. Y realmente en esa época creábamos caos (risas).

 

 

La banda se desintegró y el zamrock desapareció a principio de los 80 ¿Qué pasó? ¿Se puede decir que “la música disco mató a la estrella del zamrock?”

Bueno, hay muchas razones por las que el zamrock murió. Todo empezó en el año 70 o 71, entonces se empezaron a grabar discos. Antes la gente hacía música, pero nadie grababa discos. Alrededor de 1977 el presidente hizo una declaración y dijo que las radios nacionales debían poner 80% de música local, hecha por zambianos, así que todo el mundo quería salir en la radio y las bandas empezaron a grabar. Se grabaron muchos discos y el zamrock se convirtió en el sonido de la independencia, de la modernidad, de la esperanza de futuro. 

Zambia consiguió la Independencia en 1964 cuando muchos de nuestros vecinos no eran independientes o estaban en guerra: Mozambique, Sudáfrica, Zimbabwe, Angola, Namibia… y mientras luchaban por la independencia muchas personas vinieron a refugiarse en Zambia. Se llegaron a bombardear campos de refugiados, destruir puentes y ese tipo de cosas así que el presidente dijo que la única forma de proteger las vidas de los zambianos era declarar toque de queda. A las 6 de la tarde todo el mundo tenía que estar en casa y apagar las luces, así que las bandas no podían tocar de noche y empezamos a tocar durante el día, lo que era algo nuevo, pero no daba dinero.

En los años. 80 apareció la pandemia de SIDA. Nos tomó bastante tiempo darnos cuenta que el SIDA era realmente peligroso y todos los miembros de la banda, excepto yo, murieron. El zamrock fue privado de buenos músicos y de muchas otras cosas. La situación económica del país en los 80 no era buena. El precio del cobre cayó y llegó una profunda crisis. Y también llegó la música disco.  Fue como el fin natural del zamrock.

 

 

¿Cómo surgió la idea de recrear la banda?

Nos enteramos que había gente que estaba usando nuestra música sin permiso. Los primeros que descubrí se llamaban Shadoks, de Alemania. Eran un sello discográfico que hizo copias de los álbumes de Witch. Había un músico zambiano de esos tiempos del zamrock, Rikki Ililonga, que vivía en Dinamarca, así que tenía cerca el mercado europeo de música y un día me contactó y me dijo: ¿conoces esa gente que se llaman Shadoks? Y luego me presentó a un tipo llamado Egon (Now-Again Records) en Estados Unidos y dijo que el tipo estaba interesado en reeditar el zamrock. Empezamos a comunicarnos. Finalmente vino a Zambia, nos conocimos hace 4 años, en octubre de 2014. Y una cosa llevó a la otra.

 

Pero en 2013 estuviste tocando en Los Ángeles, ¿no?

Sí, pero solamente era yo con algunos músicos que me hicieron el back up. No era una banda. Entonces lo que ocurrió fue que conocí a Gio Arlotti, que empezó a escribir el guion de un documental sobre Witch. Él era amigo de Jacco Gardner a quien le encantó la música de Witch y quiso viajar a Zambia con el batería para tocar con nosotros. Hicimos un concierto juntos con otros músicos zambianos y fue genial, así que a través de ellos y varias conexiones con otros músicos formamos una nueva banda. También estaba Patrick. Él fue quien se quedó al mando de Witch cuando yo lo dejé y la música de Zamrock se convirtió en una especie de disco. Entonces, Patrick era el líder del grupo y tras los 80 se fue a vivir a Reino Unido. Cuando quisimos volver a formar el grupo ya lo teníamos a él en Europa. Hicimos el primer concierto en Reino Unido en septiembre de 2017, otro el verano pasado, tocamos en Sudáfrica en noviembre y ahora estamos aquí en España, y esperamos continuar. Yo soy el único que debe viajar horas para ir a los conciertos. Porque soy el único que vive en Zambia (risas).

 

Y ¿cómo se tomó Zambia el renacimiento del zamrock?

Desgraciadamente no hemos tenido la oportunidad de ir a tocar con este Witch de ahora. Es todo muy reciente aún. Y no queda nada de la escena allí, quizás después de lanzar la película volverán a estar interesados en esa parte de la historia de Zambia.

 

¿Cómo fue la experiencia de tocar por primera vez en Europa después de tantos años?

He aprendido muchas cosas tocando en Europa y también en América. Aquí la industria musical funciona. Me gustaría viajar por el mundo tanto como pueda para aprender y para prepararme para el siguiente proyecto.

 

Patrick, tu relevaste a Jagari en la banda. ¿Cuándo decidiste dejarlo? 

Cuando yo dejé la escuela en 1978, la banda estaba en una transición. La música disco llegó en los 80 y mató toda la escena del zamrock. La banda tenía que reinventarse y allí es donde llegué yo. Finalmente, con la crisis y las cosas poniéndose cada vez peor en el país, me fui a finales de los 80 a Reino Unido.

 

El zamrock bebe de la influencia de la música de artistas como Jimi Hendrix, Deep Purple y el rock psicodélico de la época, pero ahora… ¿estáis recibiendo nuevas influencias que integráis en los conciertos?

Jagari: Lo que he notado es que tocando con amigos europeos tengo una idea de las diferencias que tenemos musicalmente. A vosotros (los europeos) os va el 1-2-3-4 pero yo estaba acostumbrado a un beat de 6 o 8 así que en mis futuras composiciones tengo que intentar fusionar, ver si podemos encontrar otro nombre en lugar de zamrock para describir nuestras combinaciones. Porque tocamos las mismas canciones pero no es exactamente lo mismo. En ese momento el sentimiento era distinto de lo que sentimos ahora aquí. Tiene otro significado. A veces hablamos y decimos: ¿Cómo podemos unir los 3 géneros, Funky, Disco y Zamrock con lo que estamos experimentando aquí?

 

 

¿Eso significa que estáis pensando en sacar un nuevo álbum?

Aun no. Porque cada uno de los nuevos miembros de la banda también tiene otros proyectos musicales. Pero en cuanto tengamos tiempo… Yo sí he escrito nuevas canciones, ya sabes, ningún músico lo deja nunca completamente. Un músico es como un carpintero. Cuando construyes un mueble usas unos tablones de madera. Si quieres hacer otro mueble con otro estilo no puedes usar esos mismos tablones, tienes que buscar otra madera. Es lo mismo con un músico. Cuando creas una canción, ya pertenece al pasado, por mucho que la ames. Tienes que seguir creando y eso hace la vida más interesante.  

 

Leí que, en estos últimos años, tras los difíciles 80 y 90, estuviste en la cárcel y luego volviste a la minería, y encontraste refugio en la religión. ¿Qué influencia tiene la religión en tu música?

Jagari: Intentaron meterme en la cárcel acusándome de cosas que no había hecho, pero finalmente no lo consiguieron. Y somos cristianos, sí. Patrick hablará por su parte, pero a veces hay cosas que ocurren en nuestras vidas por una razón. Es eso en lo que creemos. En la música, ya sea blues, reggae o rock aun puedes hablar de Dios. No significa que el zamrock no permita componer canciones religiosas. Cuando compongo, siempre recuerdo que hay alguien que está al cargo de mi vida y que tengo muy poco control sobre ella. Puedo decir: quiero hacer esto o lo otro, pero si el jefe no lo permite (risas) no hay nada que puedas hacer para cambiarlo. No tenemos control sobre nuestras vidas y nos preocupamos por cosas inútiles. Nos preocupa el color de la piel… y si miras el suelo, la tierra, verás todos esos colores. Dios solo usó tierra distinta para hornearnos y no veas cuanto problema hemos creado hablando de color de piel. Lo que es importante es que somos humanos. Todo lo que hagas pasa primero por el jefe. No le he visto, pero sí he visto su trabajo en mí. Este es el mensaje que integramos también en nuestra música.

Patrick: Mi mayor cambio en la vida fue encontrarme con Dios a través de Jesucristo, y eso me sucedió en los 80 justo antes de irme hacia Reino Unido. La banda había terminado, tenía que volver a la universidad porque mi padre me dijo que debía terminar la carrera. Pero nunca dejé la música ya que tocaba desde los 7 años. Cuando miré algunas de las antiguas canciones que había escrito me di cuenta de que en ellas hablaba de Dios y le suplicaba, sin darme ni cuenta de lo que había escrito. Y desde entonces he escrito canciones hablando de mi vida ahora… a esas ya les llegará su momento de sonar. Por ahora nuestra intención es traer la música de Witch tal cual era, pero obviamente nosotros somos gente diferente ahora y queremos compartir poco a poco con esa gente en lo que se han convertido nuestras vidas. Hemos visto tremendos cambios y quizás es por eso que estamos vivos para contarlo. Porque en esos días tocábamos esta música que realmente causaba caos y la gente envidiaba nuestras vidas. Ahora nos dimos cuenta que la H de Havoc (caos) puede ser también la H de Harmony (armonía). Somos músicos, así que siempre estamos expresando nuestra experiencia. Ahora es un poco diferente, solo el tiempo verá si de aquí nace algo completamente nuevo que refleje nuestras vidas. Pero la idea es traer un mensaje de amor y armonía. Ese es el tipo caos que necesita el mundo.  

Entonces, esta noche escucharemos el sonido original de Zambia de los 70.

Jagari: Lo más cercano posible. Porque, ya sabes, incluso si pides a Deep Purple que hoy toquen “Smoke on the water” no será exactamente lo mismo que entonces. Pero lo que sí es seguro es que esta noche escucharás zamrock. 

 

 

Anna Sans Llauradó, nacida en un pueblito de la provincia de Lleida, he estudiado fotografía y no he parado de viajar desde entonces. También soy licenciada por partida doble en Comunicación Audiovisual en la universidad de Tarragona y en Antropología Social y Cultural en la universidad de Granada, con un interés centrado en los estudios culturales africanos. Mi intención es tratar de combinar todo este aprendizaje en fotografía, comunicación y antropología para intentar salir de los muros académicos y conseguir una herramienta de divulgación que invite a la reflexión y a la curiosidad sana sobre África y su riqueza cultural, tanto dentro como fuera del continente.

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