Laida Memba Ikuga - Barcelona

La llamada a la descolonización ha surgido con fuerza en los discursos políticos dominantes; en una era en la que activistas e investigadores de una amplia gama de campos llaman a repensar y reformular las relaciones de poder en las formas de conocimiento y creación dentro de la sociedad.

Respondiendo a las demandas de las naciones saqueadas y de movimientos activistas, los museos tradicionales europeos plantean qué hacer con sus colecciones fruto de la extracción colonial y contextos bélicos. Unos hablan de descolonización y de restitución sin tener en cuenta una arena de definiciones y matices que requieren de una reflexión. Otros hablan de resignificación, ante la imposibilidad real de reparar el pasado pero proyectar un futuro más equitativo. En todo caso, parece que hay una labor pendiente que demanda el esfuerzo de repensar las estructuras e infraestructuras del sistema tanto a nivel material como metafórico. No es banal que las propuestas de reparación y restitución se hayan orientado al patrimonio cultural y no a cuestiones más radicales y estructurales como la abolición de la ley de extranjería.

El foco se ha puesto actualmente en los museos. Los museos forman parte del aparato colonial, y bajo el pretexto del estudio de las culturas y la ciencia, como es el caso de los zoológicos o museos de ciencias, se han alimentado del sistema establecido. Las colecciones particulares de individuos que se lucraron directa o indirectamente del sistema colonial, también han contribuido a este patrimonio. Por eso, los especialistas apuntan que la investigación sobre la procedencia de los objetos, provenance research, es el punto de partida para los procesos de restitución patrimonial.

Muchas de estas colecciones no están documentadas adecuadamente y provenance research despierta ciertas reticencias por la implicación que tuvieron muchas familias actualmente reconocidas en la colonización. La “misión de restitución”, como la denominaba Emmanuel Macron, genera cierta desconfianza. El personal de algunas instituciones observa cada movimiento de este tipo de investigaciones con cautela anteponiendo la emisión de juicios personales y omitiendo que estas valoraciones están fuera del alcance de este tipo de investigaciones. El objetivo es tener una visión completa de la historia para determinar conclusiones sólidas que avalen las posibles acciones posteriores.

Documentos de archivo en el Museu etnològic i de cultures del món. ©Fotografía de Sarai Martín

 

De momento, el compromiso de los gobiernos e instituciones culturales hacia la reparación o restitución de patrimonio ha generado la circulación de ingentes cantidades de dinero público. El gobierno francés, tras el informe del economista senegalés, Felwine Sarr y la historiadora francesa Bénédicte Savoy se comprometía a destinar 1 millón de euros por año a la Restitución de Obras de Arte Incautadas a africanos durante la Colonización. Mientras que el gobierno de Alemania, en 2019, anunciaba un presupuesto de más de 2 millones de euros para investigar las colecciones adquiridas durante el periodo colonial, esto sin tener en cuenta otros presupuestos, como los destinados a la Lost Art Foundation que también dedica recursos importantes a la investigación de colecciones.

“No negamos la necesidad de financiar iniciativas destinadas a la restitución del patrimonio expoliado pero sí que consideramos relevante destacar que la combinación de discursos e iniciativas políticas en esta línea está generando lo que podemos llamar ya “la industria de la descolonización de los museos”. Una industria que, como toda industria capitalista genera ocupación al mismo tiempo que explotación. Unos tienen financiación y toman decisiones, mientras que otros se quedan al margen de las iniciativas culturales y de la investigación.

La industria de la descolonización en España, todavía no se ha activado más allá de iniciativas locales o regionales, o mediante proyectos de financiación europea. El pasado noviembre de 2022 el director del Museo Nacional de antropología afirmaba que se había conseguido poner en marcha un grupo de trabajo de descolonización de colecciones en el seno del Ministerio de Cultura, pero días después, el Ministro de Cultura de España, en una ponencia en Europa Press, desmentía las declaraciones: “no tenemos creado ningún grupo de trabajo sobre descolonización”. Por lo que a nivel institucional, y a diferencia de sus homólogos, parece que España no prioriza la cuestión de la descolonización, siendo coherente con la falta de reflexión y reconocimiento institucional sobre los daños causados durante el colonialismo.

Pero siguiendo otros itinerarios, en Catalunya, por ejemplo, algunos museos e instituciones culturales han celebrado conferencias y exposiciones, acercando el “debate descolonizador” al panorama cultural local.

En Cataluña, el proyecto “(Tr)african(t)s. Museus i col·leccions de Catalunya davant la colonialitat”, impulsado por el Grupo de investigación sobre Exclusión y Control Socials (GRECS) en colaboración con la Fundació Solidaritat de la Universitat de Barcelona y financiado por la Agencia Catalana de Cooperació al Desarrollo (ACCD) es la única iniciativa, por el momento, que reúne a un grupo científicos sociales para estudiar un conjunto de colecciones de museos públicos de un territorio.

El equipo investigador de (tr)African(ts) es un reflejo de la blanquitud predominante de la academia española. El objetivo principal del proyecto, provenance research, aplicada a las colecciones coloniales está en proceso de ensayo de su metodología. Un recorrido que pretende abordar la problemática de modo interdisciplinar. Más allá de las herramientas propias de la historiografía o la antropología, la incorporación de la “indisciplina”, como comenta Saidiya Hartman, parece pertinente para introducir nuevas formas de investigación que nos permitan revisar los archivos introduciendo una perspectiva racial. Por eso el debate vuelve a estar servido ya que de entrada, el aparato impulsor y ejecutor de la investigación corre el riesgo de incurrir en una injusticia epistémica.

Una visitante ante uno de los bronces de Benín del Museu Etnològic de Barcelona, una placa decorativa de latón (siglos XVI-XVII). Fotografia: MIQUEL GONZÁLEZ ; ©Fuente: LaVanguardia.com

 

Como apuntaba Charles W. Mills, “corremos el riesgo de trabajar desde un marco racial blanco que no nos permita incorporar otras ópticas”. Un marco que, como la inteligencia artificial, de momento tiene sus límites. Del mismo modo que Chika Okeke-Agulu apuntaba que “aunque son cruciales para el movimiento, la defensa de la restitución de artefactos africanos robados no puede dejarse en manos de actores simpatizantes de Occidente”.

Los llamados expertos en provenance research sostienen que la incorporación de comunidades de origen y de la diáspora debe ser parte activa en este proceso. De hecho, las comunidades diaspóricas en España llevan décadas abogando por más justicia en múltiples ámbitos y especialmente, en la actualidad, el activismo tanto formal como informal es un potencial desaprovechado.

Nos preguntamos si desde la concepción de estos programas, del mismo modo que se exige igualdad de género, punto fundamental en las convocatorias de financiación para proyectos de este tipo, se debería exigir paridad racial. El impacto de este tipo de proyectos es muy amplio y se extiende a múltiples áreas. Por ejemplo, en la generación de artículos académicos donde sería interesante que se rompiera el desequilibrio actual racial en la producción científica.

La restitución de los objetos de los museos y archivos españoles se podría considerar un elemento hacia la (im)posible descolonización de los mismos. Forma parte de la agenda política de algunos países pero España, por sus singularidades, está en la cola. Esto, en parte, puede ser una ventaja para prevenir el desarrollo de una industria que vuelve a reproducir desigualdades. La descolonización de los museos requiere de miradas expertas que involucren y recojan sensibilidades que sitúan a las culturas saqueadas como actores y gestores de su patrimonio.

“Alrededor de 90.000 objetos culturales africanos se almacenan en museos franceses.”  [EPA-EFE/CHRISTOPHE PETIT TESSON]” Fuente: https://www.euractiv.com

 

Artículo publicado originalmente en la Revista Afrolis  el 26 de abril de 2023 “A descolonização dos museus: agenda política ou indústria?”

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Laida Memba Ikuga (ig: @arquimama) es arquitecta e investigadora. Experta en patrimonio ecuatoguineano, investiga sobre la relación entre el espacio vivido y las prácticas socioculturales contemporáneas. También estudia sobre cómo innovar en arquitectura introduciendo la perspectiva racial. Investigadora del proyecto España Negra y del proyecto (Tr)african(t)s.

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