Zakaria Wakrim – Rabat / Málaga | Publicado el 14 de noviembre de 2016
El Sáhara, una palabra semítica para designar tantísimo vacío, irónicamente reunido en torno a un espacio geográficamente delimitado. Algunos ven en él el triunfo de la unicidad, frente al dualismo dialéctico que genera el ser y el estar. Otros ven él el típico contraste que surge al enfrentar una conciencia capaz de sentirse viva, en un entorno hueco y hostil a la vida.
El Sáhara, nada más que una romántica palabreja para la mayoría. Típicamente acompañada por adjetivos como: Inefable, inconmensurable, etéreo, sempiterno, acendrado e infinito. Históricamente descrito como un sitio de paso, por donde ha transitado la legendaria cultura de las caravanas. En la actualidad, es un sitio marcado por ridículas e invisibles fronteras humanas, la mayoría visibles únicamente a través de mapas políticos. Una triste evolución del significado cultural de la palabra, a la frontera política se la ha agregado un nuevo: África Subsahariana. Dividiendo el territorio africano con literalmente nada y arena.
Sorprendentemente, es un lugar visitado por un cierto turismo, que a veces resulta ser cuestionable; pero sobre todo por aquellos que desean encontrarse limitándose al estímulo vital más sencillo: la existencia. Profundamente apreciado por místicos de todo tipo, el Sáhara resulta trascender un posible efecto “ Mainstream “, es sencillamente demasiado singular en su grandeza. También contradictorio, dicen que posee un efecto sanador, a la par que su única enfermedad endémica es la locura.
+Zakaria Wakrim: Entre la ingeniería y la fotografía, Europa y África, lo puramente experimental y la clásica narración, llevo toda la vida intentando utilizar un rotulador para enfatizar y sublimar esa fina línea en la que me desenvuelvo. Una senda que se asoma inexorablemente entre los dos mundos, y por lo tanto, entre la fotografía del visual storytelling y la del intrépido mundo de la experimentación. Con la fotografía pretendo alcanzar esa síntesis del ser y por lo tanto, realizarme como humano.
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