María Arcos – Navarra | Aïda Colmenero y yo somos dos bailarinas y profesoras madrileñas que de distintas maneras hemos desarrollado nuestra pasión por la danza africana. Después de haber bailado juntas en la compañía Ndiajaas, nos reencontramos hace cinco años en Senegal en la famosa L’ecole des Sables , donde la bailarina y profesora Germaine Acogny enseñaba su técnica; Aïda estaba empezando como alumna y yo necesitaba apoyo para desarrollar un proyecto artístico en La Maison des Artistes. Tras algunos años nos hemos vuelto a encontrar en País Vasco con motivo del Festival Áfrika Ruge de Bilbao. Ambas hemos recorrido diferentes caminos para acercarnos a África desde el movimiento y compartimos con vosotros nuestras experiencias.

aïda + khoudiaAïda y Khoudia ©Siaka Traoré

María: ¡Qué bueno encontrarnos después de tantos años! Es la primera vez que las dos venimos al festival ÁfriKa Ruge de Bilbao aunque es un festival que lleva ya 7 años difundiendo la danza y la percusión africana.
Aïda: Sí,  es la primera vez que vengo a este festival, pero a Bilbao estoy viniendo bastante desde hace un par de años. Es una de las ciudades en las que estoy trabajando más y dando continuidad de la Técnica Acogny a través de talleres intensivos.

M: En estos últimos años has pasado mucho tiempo en Senegal formándote en L’école des Sables de Senegal, aprendiendo la Técnica Acogny. Cuéntanos cómo descubriste la danza africana
 A: Pues en la escuela de Cristina Rota (donde me formé primero como actriz)teníamos una profesora de danza afrobrasileña que nos hablaba del anclaje a la tierra y me hizo pensar que yo tenía que ir a África. Me puse a buscar por Internet y caí de casualidad en el pueblecito de Toubab Dialaw en el que un profesor daba clases de danza.Después resultó que era uno de los bailarines de la compañía de Germaine Acogny, así que fue por casualidad que la conocí.

M: ¿ Y cómo fue esa experiencia?

A: Fue todo un lujazo.  Germaine Acogny decidió por primera vez hacer la transmisión de su técnica porque se está haciendo mayor y la convencieron para que no se perdieran sus conocimientos. Ella lleva muchos años dando numerosos cursos por todo el mundo pero nunca antes había hecho la transmisión de su técnica explicándola de la A a la Z. Yo sólo había hecho un curso intensivo de dos meses en l’Ecole des Sables porque el resto son sólo formaciones para africanos, y justo después de ese curso Germaine empezó a hacer la transmisión. Seleccionó a 18 personas y yo era la única española. De esos 18 al final acabamos 9 y después hizo otro grupo, pero de todos, las únicas europeas somos mi compañera Isse de Holanda y yo, el resto eran todos africanos.

De todas esas personas en realidad sólo somos 4 las que le estamos dando continuidad a la Técnica Acogny. Yo sentí una responsabilidad histórica porque esta mujer ha creado la primera técnica de danza contemporánea en África. Es la primera vez que una técnica de danza contemporánea está constituida, que está codificada en África y tiene un valor inmenso. Además de todo lo que ha hecho ella en África; la primera compañía de danza contemporánea, la primera escuela…

Entonces se me ocurrió la idea de crear una asociación con los miembros diplomados en la técnica para reunirnos y difundirla por todo el mundo, cada uno a su manera. El nombre de la asociación es “Lanla”, que en wolof significa “¿qué pasa?”, y por ahora estamos dando cursos en muchas partes en Europa, en América y en África. Desde hace dos años, en l’Ecole des Sables organizamos el curso intensivo de dos semanas “The March”, dedicado a la técnica Acogny.

464_germaine-oficialGermaine Acogny

M: ¿Y en qué consiste la técnica?

A: Esta técnica se compone de elementos de danza Graham, Limon, Clásico y danza tradicional africana, de Benin y de Senegal. Lo más importante de esta técnica que puede aportar como revolución al mundo de la danza es el espíritu Acogny: trabajar con la alegría, en círculo, conectarse, trabajar con la tierra, con el cielo, con tu cuerpo, el placer del cuerpo…

M: Sí, eso para mí es una de las cosas más importantes de la danza africana. Yo que vengo del clásico y de la danza contemporánea, aprendí técnicas en las que el cuerpo lo tienes un poco encorsetado, sobre todo en el clásico; y cuando descubrí la danza africana y empecé a conectar con esos gestos de la naturaleza tan cotidianos, encontré una libertad increíble.

A: Todos los movimientos que hacemos en técnica Acogny están relacionados con la vida cotidiana, animales o personas haciendo algo.

M: Y además el ritmo… Eso es algo que me cautivó desde el principio de la danza africana, bailar con músicos en directo, con el sonido de los tambores que se te meten tan dentro a la hora de bailar.

A: En Acogny todos los movimientos tienen un ritmo específico. El músico tiene que realmente seguir lo que está pasando en el cuerpo de los bailarines.

M: A mí me encanta eso. Recuerdo la primera clase de danza africana a la que fui. Vi que había músicos, eso fue algo que me impresionó. Y cuando empecé a sentir que ellos tocaban lo que nosotras bailábamos y se establecía una conversación, entonces me cautivó la danza africana.

A: En muchas lenguas africanas la palabra música y danza es la misma. La danza y la música están totalmente relacionadas, es algo popular, para celebrar la vida, la muerte, el nacimiento, la desdicha…

M: Y tú que has viajado por muchos países africanos, ¿encuentras bastantes diferencias entre unos y otros?

A: Mucha, mucha diferencia. Eso es lo que reivindica la gente que conoce África, que África no es un país, son muchísimos países. Y cuando se enseña la danza africana, se suele enseñar de Guinea Conakry o Senegal, pero no se especifica. África es un continente y cada país tiene sus propias danzas y ritmos, la gente es muy diferente. Los de Madagascar por ejemplo no tienen nada que ver con los de Senegal, son chinos africanos, y se mueven como lo asiáticos.

M: ¿Y qué tal aprenden los africanos la técnica Acogny?

A: Pues conectan muy rápido. En cada país se notan las características de su danza tradicional, porque en los ejercicios que propongo veo si mueven más los brazos, la cabeza… Se les va hacia lo que ellos más conocen y yo me voy adaptando. Pero en los diferentes países africanos me ha sido muy fácil. Donde me ha costado más es venir a impartir los talleres de técnica Acogny a Europa, esperé 4 años para dar clases aquí. Sentía que aquí la danza está bastante cerrada y provoca bailarines cerrados de cuerpo y de mente. Me costaba encontrar el camino para explicar que hay otra manera de trabajar desde la alegría, la alegría verdadera. Y desde la alegría uno puede encontrar una tristeza profunda, porque la vida está al lado de la muerte.

M: Yo veo que por ahora en España no hay mucha difusión de la danza africana. En cambio vas a Francia y ves que está muy extendida, ellos han mantenido su relación con sus ex-colonias africanas y hay muchos africanos de varias generaciones viviendo en Francia. En cambio nosotros, que tuvimos como colonia a Guinea Ecuatorial no hemos mantenido la relación y no les hemos acogido de la misma manera.

A: Para mí España sigue siendo un país racista y eso impide muchas cosas. Mi lucha y mi defensa es defender qué es África, mostrar desde mi lugar qué es África con el trabajo de Acogny. Quiero dar una visión real, porque la visión que se tiene aquí de África son niños muertos de hambre o el exotismo de los safaris y del chico africano con músculos. Entonces hay muchos africanos que, aunque no son bailarines, utilizan esa parte exótica dando clases para ganar dinero y las alumnas van a ver al africano y a hacer aerobic y ya está. También es algo cultural español, es muy difícil que funcionen las cosas de calidad, la gente quiere la música y la danza fácil.

Por eso, a parte de la técnica Acogny tengo un proyecto de mujeres que se llama “Ella poema”, que se trata de mostrar la mujer africana. Porque hay muchos prejuicios sobre la mujer africana que son “pobrecitas”, y no: las mujeres africanas son poderosas, son bellas. Hay que hablar de África desde la belleza, desde el color, desde el sonido, desde la música, desde la poesía… Y no siempre desde el “pobrecito”. Que la pobreza interesa a mucha gente y se hace mucho negocio. Sí, hay pobreza, pero ¿por qué no hablamos más de la belleza y reconstruimos desde ahí?

M: Sí, creo que a las dos nos ha atraído esa belleza de África. Yo llevo años organizando viajes a Senegal para que la gente puedas ver con sus propios ojos la riqueza de África, su fuerza, el apoyo que se dan entre unos y otros… Es importante pisar tierra africana y escuchar sus ritmos antes de ejercer cualquier juicio de valor sobre el continente africano.

A: Sí, por suerte ahora en España empieza a haber gente que está llevando varios proyectos que sitúan a África desde un lugar real, desde la contemporaneidad, que significa el ahora; hablan de lo que pasa ahora en África, y no hablan de la tribu arcaica. Ahora vengo de Nairobi y paseas por el centro y parece que estás en New York. La realidad de África es muy grande y variada. En África hay mucha gente con mucho dinero, porque están todas las materias primas allí. Lo malo es cómo lo utilizan y toda la corrupción de los políticos.

M: Para mí la danza es un medio transmisor de su cultura muy auténtica que no se ha corrompido.

A: En los períodos de descolonización, los presidentes quisieron que los ballets nacionales difundieran su cultura por los diferentes países europeos y eso ayudó, pero después se ha quedado un poco estancado. El ballet folklórico está bien, pero ahora hay que hacer otra cosa y en eso estamos.

 

2th NOVEMBER, THE FEAR REMOVER (SHE POEMS SENEGAL) from aïda colmenero dïaz on Vimeo.

 

María Arcos. Titulada por el Conservatorio Superior de Danza de Valencia en danza clásica y danza contemporánea, y licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona. Ha complementado su formación de danza en París, Barcelona y Madrid con especialidades de danza africana, jazz, funky, danza española, capoeira, hip-hop, etc. Desde el año 2000 trabaja como bailarina en diferentes compañías: Laboratorio C, XsiAcaso, Dikatt, Iguana Producciones, entre otros. En 2007 pasa a formar parte de la compañía Larumbe Danza. La influencia de Julie Dossavi y Germaine Acognie, coreógrafas africanas, le despierta un gran interés por la danza afro-contemporáneay, en 2003, a raíz de un intenso viaje a Senegal, crea el solo De Viaje. Es fundadora de la compañía “Sonríe que no es poco” y ha trabajado intensamente con la danza en Senegal.

 

Aïda Colmenero. Nació en Madrid y se formó como actriz y bailarina en la escuela de interpretación Cristina Rota. En 2009 Aïda  es seleccionada para participar en dos encuentros profesionales internacionales: “Transmission of Pina Bausch´ s technique” por Kiomy Ichida, en el Action Dance Marruecos y “A New Step, Training in Traditional and Contemporary African Dance”, en el Ecole des Sables, Senegal. Desde entonces la compañía ha favorecido e impulsado el desarrollo de la danza contemporánea en el continente africano. Es la única española en el mundo con la titulación en la técnica de Germaine Acogny. Ha creado el proyecto Lanla, proyecto que co dirije  para expandir esta técnica a un nivel internacional. También ha creado el curso internacional “The March” en el 2014 que co-dirige con “Lanla Acogny Dance Technique” en colaboración con el Ecole des Sables; curso que reúne cada año a 40 bailarines de todo el mundo. Además ha sido bailarina en el Proyecto KM.O en el solo “Preludio” creado por la coreógrafa española Paloma Sánchez de Andrés, en colaboración con el Espacio en Blanco de Madrid., solo que bailó en festivales de Nigeria, Zimbabwe y Senegal.

Ahora está inmersa en su nuevo proyecto Ella Poema, proyecto presentado mundialmente en Nueva York en el Kinetic Cinema, un tributo a la mujer artista africana a través de la literatura que pretende dar visibilidad de la mujer africana como creadora, un proyecto de empoderamiento femenino realizado ya en Senegal, Cabo Verde, Nigeria, Camerún, Niger, Kenia y Tanzania.

 

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